martes, 8 de enero de 2008

PROGRESO


Hubo un tiempo de amor contemplativo
En que el saber, muy poco positivo,
Confundiendo la tierra con los cielos,
Ensalzaba las vírgenes modelos.

Y en que inspirándoles horror profundo
La realidad prosaica de este mundo,
Las muchachas de quince primaveras
Se arrobaban en místicas quimeras.

Pero desde que el hombre sabio y fuerte,
Compadecido de su incierta suerte,
Discute con profundos pareceres
La educación moral de las mujeres;

Desde que ha definido su destino,
No señalándole más que un camino,
Y ni virtud ni utilidad concilia
Sin la maternidad en la familia;

Ya saben ellas desde muy temprano
Que amar un ideal es sueño vano,
Que su único negocio es buscar novio
Y quedar solterona el peor oprobio.

Ninguna ha de quedar chasqueada hoy día
Por elegir -- como antes sucedía --
Que hoy ocupa el lugar de la inocencia
La prematura luz de la experiencia.

Hoy del amor, preciso es no hacer caso,
Porque el amor es pobre y pide plazo,
Y por salir cuanto antes del apuro
Se acepta lo más próximo y seguro

De modo que todo hombre hoy al casarse
Podrá con la certeza consolarse
De que -- a no serlo suya -- siempre fuera
Su adorada mitad de otro cualquiera.

Adela Zamudio(1854-1928)

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